Crear comunidad desde la base

“Empecé a cultivar un huerto en mi patio y me enamoré del proceso de ver crecer cosas milagrosamente de la tierra. Como dietista, me encanta comer bien para mantener mi cuerpo sano, ¡y no hay nada mejor que comer los alimentos que has cultivado tú mismo! Trabajando para WIC, había visto huertos comunitarios gestionados en colaboración con las oficinas locales de WIC, así que cuando en Jeffco me propusieron ayudar a gestionar y coordinar la puesta en marcha de un huerto comunitario in situ, no dudé en aceptar el reto. Ayudé a iniciar el Sunshine Community Garden en 2018 y tuve una parcela de jardín durante los dos primeros años. Ahora, el tiempo que paso en el jardín lo dedico a ayudar a los demás, desde enseñarles a gestionar nuestra pila de compost hasta a arrancar cabezas de cabra de nuestros caminos.

DUG contribuyó decisivamente a hacer realidad el Jardín Comunitario Sunshine. Sabíamos que queríamos un huerto comunitario in situ con la oficina WIC de Jeffco y el centro preescolar Head Start de Jeffco para atraer y atender a las familias que están en nuestro campus. Fue cuando nos asociamos con DUG cuando nuestros sueños empezaron a convertirse en hechos. Su fantástico personal nos ayudó a conseguir subvenciones y a coordinar a los voluntarios. DUG nos proporcionó un diseño experto y la gestión del proyecto para ayudarnos a poner la primera piedra y construir nuestro jardín. Nos ayudaron a llegar a las familias del campus y de las comunidades vecinas para invitarlas a unirse a nuestro huerto.
Ahora asisten a las reuniones de nuestro comité asesor de jardinería, suministran semillas y plantones a través de su programa Cultiva un huerto y nos orientan en todo, desde la planificación de las parcelas, el compostaje y la comunicación con un grupo diverso de jardineros, hasta la forma de atraer a los jóvenes jardineros. Nuestra comunidad de jardineros no sería tan fuerte sin el apoyo de DUG.

Formar parte de un huerto comunitario me ha proporcionado una plataforma para aprender, compartir conocimientos, apoyar a los demás y trabajar duro por lo que creo que es justo. Me he hecho amiga de mis jardineros y me alegra mucho verlos en el huerto y charlar sobre su variedad de tomate favorita o sobre qué insecto puede estar comiéndose sus plantas. Mis jardineros fueron algunas de las primeras personas ajenas a mi familia con las que me relacioné después de que COVID nos obligara a trabajar desde casa en marzo. Me presenté con mi máscara, dispuesta a servirles, darles la bienvenida y repartir semillas y plantones. El huerto ha sido un lugar de comunidad en el pasado, y este año nos ha planteado el reto de construir comunidad en ausencia de reuniones en el huerto. Sin embargo, hemos conseguido construir algo, y crece y se eleva con su belleza”.