Por Lauren Christensen, Coordinadora de Divulgación y Voluntariado
Sadie Robertson, nuestra voluntaria destacada, ha sido de gran ayuda para ayudar a Denver Urban Gardens a promover los Mercados de Jóvenes Agricultores, donde aquellos que utilizan los beneficios del SNAP (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria) pueden utilizar el programa de doble valor, que permite a los participantes comprar el doble de la cantidad de productos que podrían comprar de otra manera. Sadie llegó a DUG a través del Programa de Educación Urbana AmeriCorps de las Escuelas Públicas de Denver. A través de este programa, tuvo la oportunidad de crear y poner en marcha un proyecto independiente que atendiera las necesidades de una comunidad concreta. Vinculando la pasión de Robertson por la alimentación y la nutrición a su trabajo, pasó parte del verano impartiendo clases de cocina, jardinería y nutrición para padres y alumnos de la escuela primaria Smith, que Robertson describe como una profunda experiencia de aprendizaje. Sin embargo, a medida que avanzaba el verano, Robertson quiso cambiar su enfoque para aumentar la concienciación sobre los mercados agrícolas de Denver que aceptan los beneficios del SNAP (Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria). Sadie descubrió que los Mercados de Jóvenes Agricultores de DUG se ajustaban a lo que ella imaginaba para su verano. Llamó a Shawnee Adelson, facilitadora educativa de DUG, y le ofreció sus servicios. Sobre la experiencia, Sadie dice: “No hace falta decir que terminé mis horas de AmeriCorps adicta a la jardinería, y también sintiéndome honrada de haber trabajado con una organización tan solidaria y apasionada como DUG.”
Cuando se le preguntó qué le gustaba a Robertson de su participación en DUG, respondió: “Lo que me parece asombroso de organizaciones como DUG y Slow Food es que se dedican a proporcionar a la comunidad las materias primas y los conocimientos necesarios para poner en marcha un huerto desde cero. Sin embargo, una vez que esto ocurre, depende de la comunidad dar carácter al huerto; amarlo y cuidarlo, hacerlo sostenible, enseñar a sus hijos el valor material y espiritual de vivir de la tierra. Los huertos se convierten en lo que la comunidad hace de ellos, y DUG está ahí para apoyarlos. Me parece la forma ideal de poner en marcha proyectos; donde quien los respalda no exige reconocimiento, la comunidad es responsable del éxito del proyecto, y el resultado es verdaderamente sostenible.” Y añade: “La colaboración entre DUG y Slow Foods también hace que mi corazón grite de alegría. Sé que suena cursi, pero es verdad. Si el mundo funcionara como lo hacen estas organizaciones, colaborando en lugar de competir entre sí, ¡qué productivos seríamos! O al menos estaríamos todos a reventar de tomates cherry frescos, locales y deliciosos, y eso tampoco está tan mal.”